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La ciberseguridad también comunica

digital Nov 26, 2025

La tecnología ha multiplicado el alcance de las organizaciones, pero también sus vulnerabilidades. Cada nuevo canal es una puerta abierta a los ciberataques. Y en un sector donde la confianza lo es todo, un fallo de ciberseguridad, además de afectar a los sistemas, también golpea directamente a la credibilidad.

La seguridad como prueba de coherencia

Cada persona que dona, firma o se suscribe a una newsletter deposita su confianza en la organización. Cree que sus datos estarán protegidos y que la entidad los usará con responsabilidad. Esa confianza se gana con un discurso transparente y también con hechos: políticas sólidas de seguridad, prácticas éticas y un compromiso real con la protección digital.

Un ciberataque puede borrar años de trabajo en comunicación. Según un informe de Nonprofit Tech for Good, el 27 % de las ONG del mundo ha sufrido algún incidente de seguridad. La consecuencia más grave no suele ser la pérdida de dinero, sino el daño a la reputación. Cuando una organización trabaja con colectivos vulnerables, la exposición de datos personales compromete su integridad y pone en riesgo su misión. Defender esa información es una cuestión ética y, sobre todo, comunicativa.

El riesgo está en los mensajes

Los equipos de comunicación y fundraising son los más expuestos. Reciben cientos de correos al día, gestionan redes, formularios y plataformas externas. Ahí es ahí donde suelen entrar los ataques.

Muchos ciberdelincuentes actúan con correos que imitan mensajes oficiales, con falsos proveedores que piden datos o con llamadas de soporte inexistentes. Aprovechan el ritmo y la buena fe de quienes trabajan con urgencia y sobrecarga.

Por eso, la ciberseguridad debe formar parte del lenguaje organizativo. Esta tarea va más allá del equipo técnico, pues es un hábito que atraviesa toda la estructura de la entidad.

La reputación se juega en la respuesta

Cuando ocurre un incidente, la reacción define el resultado. El silencio genera desconfianza, pero la transparencia, en cambio, puede reforzar la credibilidad. Un plan de comunicación ante este tipo de crisis debería contemplar cómo informar a donantes, voluntariado y medios sin perder el control del relato.

Conviene anticipar tres preguntas clave:

  • ¿Qué canales se utilizarán para informar con rapidez?
  • ¿Quién asume la voz pública de la organización?
  • ¿Cómo se transmite empatía y responsabilidad sin tecnicismos?

Admitir un error con honestidad suele ser menos dañino que ocultarlo. Las ONG que gestionan bien estas situaciones no salen debilitadas, al contrario, salen más humanas y creíbles.

Los datos también son parte de la causa

En captación de fondos, los datos personales son el reflejo de la relación con quienes apoyan la misión. Nombres, correos, cuentas bancarias, etc. toda esa información representa un vínculo de confianza. Si se rompe, cuesta mucho reconstruirlo.

La seguridad digital influye directamente en los resultados de captación. Formularios inseguros, webs sin certificados o correos que parecen sospechosos reducen las conversiones. La percepción de riesgo hace que muchos donantes abandonen antes de completar la donación. Por eso, proteger los datos es también una estrategia de retención y fidelización.

Un sitio web seguro, un sistema de verificación en los procesos de pago o una política de contraseñas robusta también comunican profesionalidad. Son señales invisibles que generan confianza y que deberían formar parte del relato institucional, igual que la transparencia financiera o el impacto social.

La prevención empieza en el equipo

Ninguna ONG puede blindarse por completo, pero sí puede reducir su exposición. El primer paso es crear una cultura compartida de seguridad. La formación continua es esencial: cómo detectar un correo falso, cómo proteger contraseñas o cómo actuar ante un incidente.

Mira estas medidas sencillas:

  • Usar verificación en dos pasos en todas las herramientas críticas.
  • Limitar los accesos a lo estrictamente necesario.
  • Mantener actualizados los programas y sistemas.
  • Hacer copias de seguridad cifradas y verificadas.
  • Realizar simulacros de phishing internos para medir la respuesta del equipo.

El objetivo no es generar miedo, sino conciencia. Si tu organización cuida su seguridad demuestra que también cuida a las personas con las que trabaja.

La seguridad como narrativa de confianza

En comunicación institucional solemos hablar de reputación, coherencia y relato. La ciberseguridad encaja en los tres, porque es una forma de demostrar que lo que se dice en los mensajes se cumple también en el plano digital. Cuando una ONG protege los datos de sus beneficiarios y donantes, está mostrando que su compromiso ético no termina en la web.

La seguridad digital puede parecer un asunto técnico, pero es una herramienta de comunicación, pues refuerza la confianza interna y externa, y sostiene la credibilidad en momentos críticos.

Cuidar los datos es cuidar la causa. Cada historia que gestionan, cada registro en su base de datos y cada correo que envían forma parte de un compromiso con la verdad y con las personas. Esa promesa solo se sostiene si está bien protegida.

 

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